La parálisis de Bell puede, en raras ocasiones, afectar ambos lados de la cara.
Cuándo consultar con un médico
Es importante buscar atención médica inmediata si experimentas cualquier tipo de parálisis, ya que podría ser un signo de un accidente cerebrovascular. Aunque la parálisis de Bell no es causada por un accidente cerebrovascular, los síntomas de ambas condiciones son similares.
Si tienes debilidad o caída facial, es recomendable consultar con un profesional para determinar la causa y gravedad del problema.
Causas
Aunque la causa exacta de la parálisis de Bell no se conoce completamente, suele estar asociada con infecciones virales. Los virus que pueden desencadenar esta condición incluyen aquellos responsables de:
- Herpes labial y genital (herpes simple)
- Varicela y culebrilla (herpes zóster)
- Mononucleosis infecciosa (virus de Epstein-Barr)
- Citomegalovirus
- Infecciones respiratorias (adenovirus)
- Rubéola (sarampión alemán)
- Paperas (parotiditis)
- Gripe (influenza B)
- Enfermedad de manos, pies y boca (virus de Coxsackie)
El nervio que controla los músculos faciales pasa a través de un conducto óseo estrecho para llegar a la cara. En la parálisis de Bell, este nervio se inflama, generalmente debido a una infección viral. Además de afectar la musculatura facial, el nervio influye en la producción de lágrimas, la salivación y el sentido del gusto, y afecta un pequeño hueso en el oído medio.
Factores de riesgo
La parálisis de Bell es más común en personas que tienen:
- Embarazo, especialmente en el tercer trimestre o la primera semana postparto
- Infecciones respiratorias superiores, como resfriados o gripes
- Diabetes
- Hipertensión
- Obesidad
Aunque es raro, la parálisis de Bell puede volver a ocurrir. En estos casos, suele haber antecedentes familiares de episodios recurrentes, lo que sugiere una posible predisposición genética.
Complicaciones
En la mayoría de los casos, los síntomas leves de la parálisis de Bell desaparecen dentro de un mes. Sin embargo, la recuperación de la parálisis facial más grave puede llevar más tiempo. Las complicaciones incluyen:
- Daño permanente al nervio facial.
- Crecimiento anómalo de las fibras nerviosas, lo que puede causar movimientos involuntarios de ciertos músculos cuando se intenta mover otros (sincinesia). Por ejemplo, al sonreír, el ojo del lado afectado puede cerrarse involuntariamente.
- Pérdida parcial o total de la visión en el ojo que no se cierra, debido a la sequedad excesiva y el rascado de la córnea, que es la capa protectora transparente del ojo.