Bursitis: Causas, Síntomas y Tratamientos

La bursitis es una inflamación de las bolsas sinoviales, pequeñas estructuras llenas de líquido que funcionan como amortiguadores entre los huesos, tendones y músculos alrededor de las articulaciones. Su función es reducir la fricción y facilitar el movimiento. Sin embargo, cuando estas bolsas se inflaman, pueden causar dolor, hinchazón y dificultad para moverse.

La bursitis es una afección común que afecta a personas de todas las edades, especialmente a aquellas que realizan movimientos repetitivos o actividades que ejercen presión constante sobre determinadas articulaciones.

Sección Descripción
¿Qué es la bursitis? Inflamación de las bolsas sinoviales que amortiguan las articulaciones, causando dolor e hinchazón.
Zonas más afectadas Hombro, codo, cadera, rodilla, talón y base del dedo gordo del pie.
Síntomas Dolor, rigidez, hinchazón y sensibilidad en la articulación afectada.
Cuándo acudir al médico Dolor intenso, pérdida de movilidad, inflamación severa o fiebre.
Causas Esfuerzo repetitivo, apoyo prolongado, traumatismos, artritis o infecciones.
Factores de riesgo Edad, ocupación, condiciones médicas, sobrepeso.
Prevención Usar protección, levantar peso correctamente, evitar apoyos prolongados, hacer pausas y ejercicios.
Tratamiento Reposo, hielo, compresión, antiinflamatorios y, en casos graves, fisioterapia o cirugía.

Zonas del cuerpo más afectadas

Aunque la bursitis puede aparecer en cualquier articulación que tenga bolsas sinoviales, es más frecuente en:

🔹 Hombro: Suele desarrollarse por movimientos repetitivos por encima de la cabeza, como lanzar una pelota o levantar peso.
🔹 Codo: Puede ocurrir por apoyar los codos durante mucho tiempo sobre superficies duras o por movimientos repetitivos.
🔹 Cadera: Frecuente en corredores y personas con sobrepeso, debido al esfuerzo prolongado sobre la articulación.
🔹 Rodilla: Ocurre especialmente en personas que pasan mucho tiempo arrodilladas, como albañiles y jardineros.
🔹 Talón: Puede desarrollarse debido a caminar o correr en superficies duras sin el calzado adecuado.
🔹 Base del dedo gordo del pie: Común en personas con juanetes o artritis.

La bursitis no solo afecta la movilidad, sino que también puede generar dolor intenso si no se trata adecuadamente.

Síntomas de la bursitis

La bursitis puede manifestarse de diferentes maneras, pero los síntomas más comunes incluyen:

✅ Dolor en la articulación afectada, que puede ser leve o intenso.
✅ Rigidez o sensación de limitación al mover la articulación.
✅ Aumento del dolor al presionar la zona inflamada.
✅ Hinchazón y enrojecimiento alrededor de la articulación.

¿Cuándo acudir al médico?

Es importante buscar atención médica si experimentas:

🔴 Dolor intenso e incapacitante que afecta tu rutina diaria.
🔴 Pérdida repentina de movilidad en la articulación afectada.
🔴 Inflamación excesiva acompañada de enrojecimiento, moretones o erupción en la piel.
🔴 Dolor punzante que se intensifica con el esfuerzo físico.
🔴 Fiebre, ya que podría indicar una infección en la bursa.

Causas de la bursitis

La bursitis generalmente se produce por movimientos repetitivos o presión excesiva sobre una articulación. Algunas de las causas más frecuentes son:

📌 Esfuerzo repetitivo: Movimientos constantes como lanzar una pelota, levantar peso o tocar un instrumento pueden irritar las bolsas sinoviales.
📌 Apoyar el cuerpo sobre una zona específica por mucho tiempo: Arrodillarse, recargarse sobre los codos o sentarse en superficies duras durante períodos prolongados puede aumentar el riesgo.
📌 Golpes o traumatismos directos: Un golpe fuerte en la articulación puede inflamar la bursa y provocar dolor.
📌 Artritis y enfermedades inflamatorias: La artritis reumatoide, la gota y otras enfermedades inflamatorias pueden contribuir a la bursitis.
📌 Infecciones: En algunos casos, bacterias pueden invadir la bursa y provocar una bursitis séptica, que requiere atención médica inmediata.

Factores de riesgo

Si bien cualquiera puede desarrollar bursitis, ciertos factores aumentan la probabilidad de padecerla:

🔹 Edad: Con el paso de los años, las articulaciones son más propensas a la inflamación y al desgaste.
🔹 Ocupación o pasatiempos: Trabajos y actividades que requieren movimientos repetitivos o presión constante sobre una articulación pueden aumentar el riesgo. Ejemplos: albañiles, jardineros, carpinteros, pintores y músicos.
🔹 Condiciones médicas preexistentes: Enfermedades como artritis reumatoide, gota y diabetes pueden predisponer a la inflamación de las bursas.
🔹 Obesidad y sobrepeso: El exceso de peso ejerce presión adicional sobre las articulaciones, especialmente en la cadera y la rodilla.

¿Cómo prevenir la bursitis?

Aunque no siempre es posible evitar la bursitis, hay varias medidas que pueden reducir el riesgo y la gravedad de los síntomas:

Usa rodilleras o almohadillas: Si pasas mucho tiempo arrodillado, utiliza protección para reducir la presión en las rodillas.
Levanta objetos correctamente: Dobla las rodillas al levantar peso para evitar cargar la presión en las caderas.
Evita el apoyo prolongado sobre codos y rodillas: Usa cojines o apoya los brazos en superficies blandas.
Utiliza herramientas con ruedas: Si debes mover cargas pesadas, usa un carrito en lugar de cargar peso con los brazos o los hombros.
Realiza pausas frecuentes: Alterna tareas repetitivas con descansos para evitar sobrecargar las articulaciones.
Mantén un peso saludable: Reducir el peso corporal disminuye la presión sobre las articulaciones, en especial la cadera y las rodillas.
Haz ejercicio regularmente: Fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones mejora la estabilidad y protege las bursas.
Calienta y estira antes de la actividad física: Preparar el cuerpo antes de un esfuerzo intenso ayuda a prevenir lesiones.

Tratamiento de la bursitis

En la mayoría de los casos, la bursitis se puede tratar en casa con medidas simples, como:

Reposo: Evitar el esfuerzo en la articulación afectada.
Hielo: Aplicar frío durante 15-20 minutos varias veces al día para reducir la inflamación.
Compresión: Usar vendajes o soportes para proteger la zona afectada.
Elevación: Mantener la articulación elevada para disminuir la hinchazón.
Antiinflamatorios: Medicamentos como ibuprofeno o naproxeno pueden aliviar el dolor y la inflamación.

En casos más graves, pueden ser necesarias terapias adicionales como fisioterapia, inyecciones de corticosteroides o, en situaciones extremas, cirugía para drenar la bursa inflamada